El presidente de EE UU, Barack Obama, llegó este jueves a Londres, donde tiene previsto hacer hoy un llamamiento a los británicos para que voten en el referéndum del 23 de junio por seguir en la UE. El líder del aliado histórico de Reino Unido defenderá que la prosperidad del país se vería irreversiblemente dañada si decide dejar el club. Obama se suma así al cada vez mayor clamor internacional contra elBrexit y aportará el colofón a una semana en que la campaña por permanecer en la UE celebra haber recuperado la iniciativa en el debate.
A pesar del extendido temor de que las intervenciones de líderes extranjeros puedan resultar contraproducentes, como intromisiones en un debate esencialmente nacional, Downing Street confía en que el apoyo del presidente estadounidense será beneficioso para su causa. Está previsto que Obama destaque la importancia para Washington de que su aliado refuerce su peso en la UE, no solo para promover el libre mercado, sino también por razones de seguridad.
Se espera que el presidente advierta, además, del peligro de dar por hecho, como hacen los voceros del Brexit, que un Reino Unido fuera de la UE podría alcanzar fácilmente un acuerdo bilateral de comercio con EE UU. Como advirtió en otoño pasado el representante norteamericano de Comercio Exterior, Michael Froman, “EE UU no está en el mercado para acuerdos de libre comercio con países individuales”.
Está previsto que Obama exponga sus argumentos en un artículo en el conservador Daily Telegraph y en una conferencia de prensa por la tarde en el 10 de Downing Street, residencia del primer ministro británico. Antes, Barack y Michelle Obama almorzarán en el castillo de Windsor con la reina Isabel II, quien ayer cumplió 90 años.
El lunes, el presidente se reunirá en Hannover con Angela Merkel, Matteo Renzi, François Hollande y David Cameron para discutir sobre la crisis de los refugiados. La cita servirá para lanzar el velado mensaje de que, en el caso de que llegue a producirse el Brexit, elpremier británico podría no estar invitado a un cónclave transatlántico de estas características.
Los planes de Obama de inmiscuirse en el debate que casi monopoliza la política británica no tardaron en ser criticados por los euroescépticos. Boris Johnson, alcalde de Londres y una de las principales figuras de la campaña por el Brexit,acusó al mandatario de practicar la hipocresía y defendió que EE UU nunca aceptaría compartir su soberanía con una institución como la UE.
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